La Comisión presenta hoy una iniciativa para seguir reforzando y promoviendo el diálogo social con acciones concretas a nivel nacional y de la UE. Renueva nuestro firme compromiso con el diálogo social como piedra angular de la economía social de mercado de la UE y de su competitividad. La iniciativa permite que el diálogo social se adapte al mundo laboral en constante transformación y a las nuevas tendencias del mercado laboral, en el contexto de la transición a una economía digital y climáticamente neutra y de la aparición de nuevas formas de empleo.
Las negociaciones entre las organizaciones que representan a los empleadores y a los trabajadores (los interlocutores sociales) a través del diálogo social y la negociación colectiva contribuyen a mejorar las condiciones de vida y de trabajo, como el salario, la jornada laboral, las vacaciones anuales, los permisos parentales, la formación y las medidas de salud y seguridad. También desempeñan un papel crucial en la adaptación a las circunstancias económicas y sociales cambiantes y en el logro de los aumentos de la productividad necesarios para mejorar la competitividad de las empresas europeas. Todo ello contribuye a garantizar la justicia social y la democracia en el trabajo, así como a impulsar la prosperidad y la resiliencia de Europa.
Los interlocutores sociales también desempeñan un papel crucial en tiempos de crisis o de cambio. Por ejemplo, durante la pandemia de COVID-19, colaboraron rápidamente en la organización de medidas de salud y seguridad en el trabajo y de regímenes de reducción del tiempo de trabajo. Asimismo, los interlocutores sociales ayudan a encontrar soluciones equilibradas para adaptar el mercado laboral a la era digital. La estrecha cooperación entre empleadores y trabajadores también es esencial para garantizar la organización eficiente de las actividades de producción industrial y para dotar a la mano de obra de capacidades ecológicas y digitales.
Sin embargo, el grado y la calidad de la participación de los interlocutores sociales varía considerablemente de un país a otro. Al mismo tiempo, la afiliación sindical y la proporción de trabajadores cubiertos por convenios colectivos a nivel nacional están disminuyendo (han pasado de una media de la UE de alrededor del 66 % en 2000 a alrededor del 56 % en 2019). Las nuevas formas de empleo, como el trabajo en plataformas digitales, y determinados grupos, como los jóvenes, también tienen menos probabilidades de estar representados, y en algunos sectores, como el de los cuidados, se da una ausencia casi total de negociación colectiva.
En este contexto, la Comisión propone una Recomendación del Consejo que establece cómo los países de la UE pueden seguir afianzando el diálogo social y la negociación colectiva a nivel nacional. La Comisión también presenta una Comunicación sobre el refuerzo y la promoción del diálogo social a nivel de la UE. Los interlocutores sociales participaron estrechamente en la preparación de estas iniciativas. | RAPID, IP/23/290, 25.1.2023